Primeros días en viaje.

Primeros días en viaje.

Los primeros días de mi vida en viaje, específicamente por ahora en la playa, han sido lindos (los días digo).

Supongo que de alguna manera, siempre los “primeros días” en un lugar son agradables, alegres, con esa emoción característica de cuando estás por primera vez en un lugar (o cuando regresas a ese sitio donde tu cuerpo registró plenitud y felicidad). Entonces no es que únicamente los días sean lindos por algo característico de la ciudad en donde estoy, sino que es toda una situación que engloba estos primeros días en viaje: emoción, playa, presenciar y atesorar esos instantes y momentos invaluables.

Para ser sincera no he disfrutado tanto el mar como si estuviera en días descanso, ni me he impregnado mucho en la arena como si estuviera de vacaciones, es que, justamente recordemos que no estoy de vacaciones.

Si estuviera en días de descanso, sin duda bajaría a las 9 de la mañana al mar, a limpiarme y nutrirme con agua salada, luego comería alguna frutita ahí mismo en la playa, aprovecharía el calor para tomar un tantito de sol y me terminaría en una jornada el libro que estoy leyendo de forma parcial, y es que si le dedicara a ese libro todo el tiempo que quiero, no habría tiempo de trabajar, y bueno, no estoy de vacaciones, siempre hay que trabajar para sustenar la vida que una elige. 

De todos modos me parece lindo, porque así es la vida que desde ahora planearé; estar físicamente en un lugar donde me sienta de vacaciones, pero sin estar de vacaciones. 

Hoy termino de escribir desde "mi balcón" (mio no es pero bueno, estoy en mi hogar, ese que se transforma en casa donde sea que yo esté y me sienta bien), estoy justo sentadíta viendo la playa. Digo "termino de escribir" porque estas palabras han sido fragmentos, me he demorado en unficar ideas y no ha sido tan fluido como esperé. Y es que escribir los sentimientos es un trabajo de terapia importante, hay que darle espacio a diario, no es algo que se comience y terminé en un día. 

Sé entonces que esto de estar en un lugar físico que "te encante", se relaciona directamente con los parámetros de felicidad que cada una tiene, parámetros que cambian constantemente y de los cuales no podemos ser eternas esclavas de nuestras palabras, pues tenemos que entender qué; lo que me hizo feliz ayer puede no hacerme feliz hoy, y lo que me hace feliz hoy, puede no hacerme sentir feliz mañana. 

Y qué lindo, así es como vamos re-conociéndonos y permitiéndonos transformarnos constantemente, dejando entrar a nuestra vida nuevas versiones de nosotras mismas que antes no conocíamos.

Sé también que aunque no podamos cuantificar la plenitud y felicidad que sentimos, estas emociones (la plenitud y felicidad), se sienten diferente en cada una de nosotras, y quiero hacer énfasis en esto porque pareciera que todas las “chicas Instagram” viven una vida feliz, perfecta y que entonces los parámetros de felicidad son únicamente “una vida Instagrameable”, llena de viajes, lindos spots y viviendo del “aire” y universo.

Yo prometí que iré registrando todo este viaje, pero antes necesito ser sincera; primero me parece importante  entender y respetar los diferentes parámetros de felicidad, “éxito” y sueños que cada una de nosotras puede sentir, porque sé y tengo certeza que la felicidad máxima que siento yo por estar hoy viviendo en la playa, es la misma felicidad que siente mi amiga construyendo su familia y la misma felicidad que siente mi otra amiga estudiando su posgrado en el extranjero.

Dicho esto, reitero y vuelvo a hacer énfasis; las redes sociales muestran lo lindo, y sí, estoy en un lugar lindo, postales lindas, pero quisiera escribir de forma honesta: buscar tus parámetros de felicidad constantemente, no es sencillo ni lindo, más bien requiere un trabajo interno de cada una de nosotras. Trabajo qué muchas veces no estamos dispuestas a hacer. 

Mi felicidad ayer pudo ser una oficina física, grande y linda, hoy puede ser la arena y el vaivén de las olas del mar, y bueno, mañana quien sabe lo que me hará feliz. Como sea, donde sea, no te compares, respeta tus tiempos y escucha tu intuición, siempre escucha tu intuición. Entendamos también que cada corazón es un mundo diferente, que cada cuerpo tiene diferentes historias y que cada ser humano atraviesa ritmos diferentes al otro.

Hoy en este tiempo "real" digo real para refeirme justo a la fecha de hoy, solo estoy viviendo el presente, entonces me declaro una exploradora de la vida, del tiempo y de los lugares. Me costó chicas. En algún porcentaje de mi antiguo "yo", por muy mínimo que haya sido, siempre tuve algo de “corporativo”, un poco de “convencional”, un tantito de "tradicional". Ahora me veo y entiendo que le doy espacio a esta otra e importante versión de mi.

¿Mi plan concreto?, ¿cómo podría contárselos para que suene de forma sería y no "hippie"? jaja. Presiento y al parecer mi alma, hippie ya se volvió. 

Mi mood es descubrir lugares antes de arraigarme a uno. Sí, estaré descubriendo, descubriendo en qué lugar me quiero quedar en un futuro. ¿Cómo decidir dónde quedarme estática sin conocer el ritmo de vida de ese lugar?. Puedo incluso decidir que mi futuro será en Chile, pero hoy no lo sé y sinceramente: me niego de forma rotunda a arraigarme en un lugar sin conocer previamente el aroma, aire, calidad humana y cultura de ese sitio. 

De todos modos la búsqueda más importante que estoy haciendo no es la de "afuera" si no más bien la de "adentro", la del alma y el espírtu. La búsqueda que permite dejar afuera para regresar adentro. Creo que esa búsqueda no será tan sencilla de encontrar, pero como siempre y una vez más, fiel a mis convicciones, creyente de mis protectos y perseverante de mis metas, lo lograré, no sé cuanto me demore pero tengo certeza absoluta que lo lograré. 

No quiero terminar estas palabras sin que me permitan darles un consejo, consejo que ha surgido después de una catarsis de unos meses en crisis: en esta transformación he entendido que si bien el lugar físico, me refiero a cosas tangibles y materiales, te pueden entregar calma mental (tu casa, tu trabajo, tu dinero, tus cosas, tu rutina), el verdadero hogar es más bien interno, habitándose a una misma, reencontrándose con el actual parametro de felicidad, respirando paz, viviendo livianita, durmiendo en calma, teniendo armonía, escuchando los registros de tu cuerpo y construyendo los sueños que tu mente te ha permitido imaginar, ese es tu verdadero hogar, no lo olvides nunca. 

Y recuerda, las estrellas no tienen un orden en el cielo, todas brillan aleatoriamente en su momento. 

Las quiero siempre. 
Rayén.
20/04/23

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